miércoles, 30 de marzo de 2011

"Odisea al amanecer": Nombres de película para una guerra



Mucho se está hablando y escribiendo sobre la situación por la que está atravesando Libia. La situación de crisis que sobrevuela el mundo, unido a una carencia palpable de falta de libertad, han prendido la mecha en varios países del Norte de África y Oriente Próximo, con el derrocamiento de una serie de dictadores que, apoyados por las fuerzas occidentales, han mantenido países como Túnez o Egipto como si fueran su cortijo. Sólo hay que ver que al huir, no lo han hecho con las manos vacías.
La ola de reivindicaciones ha continuado imparable hasta alcanzar suelo libio. Los acontecimientos se han desarrollado en este país de forma distinta a los ocurridos en Túnez o Egipto. En estos dos países, no ha habido injerencias de otros países a la hora de levantarse contra el poder opresor, sino que han sido sus propios ciudadanos los que han logrado realizar la hazaña de expulsar al dictador. En cambio, en Libia la situación parece bastante distinta. No en cuanto a la afinidad de su líder con los países democráticos y democratizantes, ya que hemos visto fotos de Muammar el Gaddafi con José Luis Rodríguez Zapatero, con José María Aznar, con el Rey Juan Carlos I; sabemos que el alcalde de Madrid (donde colocó su jaima) le entregó las llaves de la ciudad; conocemos también cómo era Gaddafi quien preparaba las fiestas de “Il Cavaliere” Berlusconi; y hasta en estos últimos días se ha sabido que fue el líder libio quien financió la campaña electoral del presidente francés, Nicolás Sarkozy. Por eso resulta aún más extraña la situación libia, y es que ha sido el propio Sarkozy el primero en unirse a una alianza que “libere al pueblo del tirano”. Justo horas después de que se supiera lo de la financiación…¿casualidad?

                      EL CLUB DE LOS HIPÓCRITAS





El caso es que, como los países antes nombrados, y otros como Bahréin o Yemen, existe una creciente división entre sus gentes. En Libia, un grupo de rebeldes ha intentado quitarle el poder a Gaddafi, enarbolando la bandera del reinado anterior. Debemos recordar la vertebración tribal de la sociedad libia, que hizo difícil averiguar quiénes estaban a favor o en contra de la continuidad del régimen actual. Finalmente, la principal tribu del país se posicionó contra el dictador. Durante los primeros momentos del enfrentamiento, que podía originar una guerra civil, pareció que la fuerza rebelde sería capaz de triunfar. Pero el poder leal consiguió poco a poco ir apagando el fuego insurgente.
Con el peligro de una inminente guerra civil, y con la intención de proteger a la población civil, un grupo de países occidentales (entre los que se encuentra España), ha formado una alianza que apoye al sector rebelde para derrocar a Gaddafi. Abrazados por la Carta Magna de las Naciones Unidas, esta alianza, que ahora ha quedado en manos de la OTAN, tiene como principal función evitar muertes de inocentes. Para ello, han creado una zona de exclusión aérea, y sin tocar suelo libio, han empezado a bombardear zonas estratégicas del país. No sé si la mejor forma de proteger a la gente es desde el aire. ¿No será que hay otros intereses más materiales? Y es que Libia resulta que es una potencia petrolera, en la cual casi ni participan las empresas norteamericanas. ¿no tendrá que ver eso más que la protección?
Se escudan en la resolución de la ONU para evitar odiosas comparaciones con lo ocurrido en Irak, pero se ha demostrado que se ha bombardeado zonas donde el conflicto no estaba presente, ¿no es esto saltarse a la torera esta resolución? Insisto en que hay más similitudes que diferencias en ambos conflictos, aunque hay una diferencia relevante a resaltar entre este conflicto libio y otros como el irakí  o el afgano. Se ha sabido que parte de la fuerza rebelde libia proviene de AlQaeda, grupo sobre el que pesan varias de las acciones más viles de nuestra historia. Entonces, muchos de los que hasta hace poco eran enemigos del mundo libre, tildados de terroristas y posicionados entre los más buscados, resulta que ahora son parte de la alianza que ha de quitar el poder a Gaddafi. Están trabajando juntos los servicios de guerra occidentales con los terroristas de AlQaeda… Dirán que no es una guerra, dirán que no es por el petróleo y dirán mil cosas más para hacernos tragar este ataque, pero huele tan mal como aquella coletilla de las “armas de destrucción masiva”. 

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