lunes, 18 de abril de 2011

Todos los mundos del mundo



En un momento u otro, todos hemos podido escuchar algo similar a “los países del primer mundo se reúnen para buscar soluciones a los problemas de los países del tercer mundo”. Aun sin saber qué países pertenecen a uno u otro grupo, sólo por el hecho de entender quiénes ayudan y quiénes han de ser ayudados podemos hacernos a la idea de que existe una clara clasificación social de Estados, basada principalmente en su economía y en su nivel de desarrollo.
Nos viene a la mente, como país del primer mundo, aquel cuya tecnología es puntera y goza de la libertad económica suficiente para no tener que pedir ayuda a los demás, todo lo contrario que los del tercer mundo, azotados por guerras, con epidemias de hambrunas y enfermedades y sin capacidad propia de organizarse como nación.

Por lo tanto, los del primer mundo se asocian a los países aliados de la que se convirtió durante el s.XX en la máxima potencia económica y tecnológica: los Estados Unidos de América, mientras que los del tercer mundo son asociados  a los que sufrieron la avaricia imperialista de, Gran Bretaña en un primer momento, y los mismos USA en un segundo. Son aquellos países que, con la creída y ya desmitificada motivación imperialista de “educar y adoctrinar en valores occidentales tradicionales de libertad, justicia y paz”, vieron como explotaban sus recursos por medio de la violencia, la desvergüenza y la avaricia. En definitiva, países de África, Asia y Latinoamérica, que actualmente sufren el expolio iniciado por el Imperio Británico, allá por finales del s. XIX, y a los que se les sigue robando a través de los nuevos mecanismos creados por el sistema que rige nuestras vidas: multinacionales, por un lado; esperanzas embusteras de libertad y democracia, por otro.

Hasta aquí hemos podido determinar, de forma generalizada, qué países se consideran de uno u otro grupo, pero contando con que hemos hablado de un primer mundo y de un tercero, por lógica debemos hablar también de un “segundo mundo”.  De éste se escucha mucho menos, y es que, lo mismo que se contraponen el primero y el tercero como país rico-país pobre (clasificación económica), la diferenciación del primero con el segundo tiene mucha más connotación política. El segundo mundo hace referencia a los países que, tras la II Guerra Mundial, fueron alineados junto al sistema socialista de la URSS.  Por lo tanto, aquí hablamos de una agrupación basada fundamentalmente en la política que acompaña al sistema capitalista, por una parte, y al sistema socialista, por la otra.

Bueno, creo que no resulta difícil discernir las diferencias que constituyen dicha agrupación de países, pero ¿hay alguna clasificación más con respecto al número de mundos en el mundo? Tenemos el primero contra el segundo, atendiendo a política y economía;  y tenemos a primero y tercero atendiendo sólo a economía. ¿No hay más? Pues, aunque ya pensábamos que no, últimamente va dándose a conocer de una manera más extendida la expresión “cuarto mundo”, que puede dejar a uno mosqueado intentando averiguar los baremos sobre los que se clasificarían esta vez a los distintos países. Y no, resulta que no es una clasificación entre países como tal; resulta que “cuarto mundo” hace reagrupación dentro de los estados del denominado “primer mundo”.

El crecimiento económico de los países desarrollados ha dado origen a lo que se conoce como Cuarto Mundo, un término que engloba a todas aquellas personas que residen en los países más avanzados, pero se encuentran excluidas o en riesgo de exclusión social. Esta situación se produce cuando la riqueza se distribuye de manera desigual y la línea que separa a ricos de pobres se convierte en abismo.
El término fue utilizado por primera vez en los años 70 para designar a aquellas personas que viven en situaciones realmente precarias. Su creador fue el padre Joseph Wresinski, criado en un ambiente muy alejado de la opulencia y que fundó en 1957 la primera asociación contra la exclusión de los más pobres. "El Cuarto Mundo es un pueblo formado por hombres, mujeres y niños que, generación tras generación, se ven excluidos de los derechos fundamentales de los que goza el resto de la sociedad. Se ven excluidos de los progresos sociales y de la participación en la vida asociativa, política, religiosa, cultural, sindical... de sus sociedades. No se cuenta con ellos como interlocutores sino, como mucho, como meros beneficiarios de ayudas"

Y no se trata de un grupo de personas aislado o residual. Según datos de Médicos del Mundo, sólo en Europa residen más de 40 millones de personas pobres. "Otro de los paradigmas es Estados Unidos, que tiene una economía puntera, pero también un gran porcentaje de personas pobres que viven por debajo de niveles aceptables. Esto es todavía mucho peor de digerir", reflexiona la vicepresidenta de la ONG, Celina Pereda.

Varios años después de que la ONU fijara los Objetivos del Milenio a alcanzar en el 2015, hay una serie de datos que, a pesar del avance experimentado en los últimos lustros en la lucha contra la pobreza, confirman la dramática situación en la que malvive una gran  parte de la población mundial:
-         1100 millones de personas sobreviven con menos de 1 $ al día.
-         1200     “                      “             no tienen acceso al agua potable.
-          800        “                   “           no tienen comida suficiente.
-          50         “                   “           enfermas de SIDA.
-          10         “             niños  mueren antes de cumplir los 5 años.
-          70% de los pobres del planeta son mujeres.
-          10% de la población mundial posee el 70% de la riqueza
-          75% de los pobres son campesinos

Como medios de lucha a nivel mundial, se ha propuesto por los movimientos antiglobalización el empleo de la llamada tasa Tobin (Nobel de economía en 1981) que gravaría todas las transacciones financieras internacionales, y cuyo importe se dedicaría a la creación de un fondo de solidaridad para ayudar a los países pobres.(aunque, realmente, Tobin la ideó con la finalidad de frenar la especulación monetaria y  amortiguar las fluctuaciones de los tipos de cambio a corto plazo). Más recientemente se ha desarrollado la idea de una Renta Básica de ciudadanía, como un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de pleno derecho de una sociedad, por el mero hecho de su pertenencia a la misma. El problema más evidente es su financiación y la posibilidad de su aplicación a escala mundial.

En el trabajo “Pobreza y pobreza persistente en España. 1994-2001” realizado por Marta Adiego y Cristina Moneo, ambas Directoras de sendos Programas del INE,  se llegaba a las siguientes conclusiones:
 -         España se encuentra entre los 5 países con mayores las mayores tasas de pobreza europeas, y, por tanto, queda mucho por avanzar.
-         En el periodo analizado se han reducido las tasas de pobreza y pobreza persistente en casi un punto, que muestra el buen camino a seguir.
-         Las mujeres siguen estando desfavorecidas frente a los hombres, lo que demuestra que la igualdad de género está, todavía, por alcanzar.
-         Aproximadamente la mitad de los pobres y de los pobres persistentes están inactivos.(Una persona se  considera pobre persistente cuando esté por debajo del umbral de pobreza el último año y al menos dos  años de los tres anteriores).

En fin, queda claro que, cuando en los informativos nos hablen de pobreza en países del “tercer mundo” y cambiemos de canal porque nos pueda afectar la imagen en la digestión de la comida, no olvidemos que el “cuarto mundo”, cuna de pobreza surgida también  a partir de las desigualdades y miserias de este sistema, estará sucediéndose, posiblemente, en algún lugar tan cercano a nosotros que nos asustaría conocerlo por completo.

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