Fundamentalismo PoPular

Se ve un enfrentamiento  entre  David y Goliat  (IU y PP) en la campaña para  las elecciones municipales en Nerja; ya que el tercer partido que actualmente está la corporación, PSOE, se encuentra a todas luces a la baja tanto a nivel nacional,  con Zapatero en retirada, como a nivel local,  donde durante 4  años  y 8  concejales,  los  nerjeños  todavía  no saben  si van a aportar  algo nuevo a Nerja.

Mientras que  Izquierda Unida  presenta  una campaña limpia ,  con propuestas  serias y un comedido gasto, muchos vecinos  ven  vergonzoso en tiempos de crisis  el despilfarro de campaña del PARTIDO POPULAR,  que algunos estiman en cerca de 130.000 euros (cuánto trabajo daría ese dinero),  algunos dicen que de aportaciones  voluntarias de empresarios y personas afines.  A saber luego  qué contraprestaciones  tendrán  por  esa colaboración mercantil: ¿recalificación  de terrenos?; ¿asignación directa  de obras?, etc, etc. Otros, los menos, apuntan que las paga el partido,.  ¿¿??  

A todo esto, el Sr. Armijo  sigue  sin  dar la cara y se niega a participar  en los debates. Se sigue escondiendo bajo la falda (y que no se nos malinterprete) de su fichaje estrella,  Mª Nieves Atencia, y de su  guardaespaldas personal y el siempre incisivo y mordaz José Miguel García.

 Bueno  sin dar la cara  no,  porque esa cartelería que inunda Nerja recuerda a la que existía  y existe en algunos países: TUNEZ, EGIPTO, LIBIA, MARRUECOS, donde la foto del dictador de turno  preside la vida pública y privada,  más para recordarnos que nos vigila y lo que le debemos que a  una invitación  a la participación  libre  en unas elecciones municipales democráticas.

Llega el ecuador de la campaña,  San Isidro, donde el pueblo desinhibido participa de la fiesta  y la alegría. Pues  bien,  se dan  unas recomendaciones de “obligado cumplimiento” para  unificar criterios durante la romería  y, que casualidad  que este año se han aprobado una serie de normas, entre las que encontramos una, acertadísima a nuestro entender, sobre el máximo de decibelios permitidos.

Pues  ninguna autoridad llevó  un sonómetro para verificar  que los 90 decibelios  que el  Partido Popular había propuesto como tope se respetaran en su propia caseta, cuya música era prácticamente la única que se  oía en todo el recinto,  preguntándonos si no dañaban  los oídos de los nerjeños.  Extraña forma de crear  normas  para no  cumplirlas.

La imagen que quisieron dar  durante San Isidro , frente a la omnipresencia de José Alberto en la cartelería de Nerja  fue la de grupo;  lamentable  imagen que dieron algunos ediles habidos y por haber,  que con una más que forzada sonrisa  pasaban  más o menos rato por la caseta,  quién sabe si deseando ya que llegue  el 23 de mayo, esperando  que caiga el dictador.